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viernes, junio 05, 2009

La caída del Imperio Romano (The Fall of the Roman Empire)





Una gran civilización no es conquistada hasta que no se ha destruido ella misma desde dentro.


"La caída del Imperio Romano" ha pasado a la historia del cine como la película que marcó la caída del productor Samuel Broston y que casi acabó con el género cinematográfico del peplum. Aunque fue estrenada en 1964, un año después de "Cleopatra", bien podría haber llegado a las pantallas en 1962 ya que la construcción de los decorados comenzó durante el rodaje de la superproducción "El Cid". Tras finalizar dicha película la réplica del Foro Romano ya estaba terminada y lista para ser usada. Así que Bronston le propuso a Charlton Heston participar en su nuevo proyecto. Pero éste declinó la oferta pues estaba harto de las películas de romanos, por lo que en su lugar le propuso que participara en el rodaje de "55 días en Pekín". Heston aceptó pero con la condición de comenzar inmediatamente el rodaje. Así que Bronston paralizó la construcción de los decorados romanos y ordenó las construcción del Pekín del siglo XIX. Tras finalizar el rodaje de "55 días en Pekín" los gigantescos decorados orientales fueron demolidos y sustituidos por los aun más gigantescos decorados de la Roma Imperial. De hecho, el set del Foro Romano aún ostenta el record de decorado de mayor tamaño jamás construido (400 x 230 metros). Los decorados fueron posteriormente reutilizados para el musical "Golfus de Roma".


Samuel Bronston era un sobrino de Leon Trosky, pero es más conocido en el mundo del cine por ser el hombre que trajo Hollywood a España. Aunque anteriormente se habían rodado algunas películas en el país debido a sus ventajas económicas, fue Bronston el primero que realizó una importante inversión construyendo unos grandes estudios en la localidad madrileña de Las Rozas. La productora de Bronston llegó a completar 6 superproducciones antes de irse definitivamente a pique, pero consiguió que España fuera uno de los destinos preferidos por los grandes estudios para posteriores rodajes.

Bronston quería grandes estrellas en el reparto. Tras la negativa de Heston se tanteó a Kirk Douglas para el papel del general Livio, pero también declinó la oferta. Fue Stephen Boyd, el Mesala de "Ben-Hur" quien finalmente aceptó. Como protagonista femenina se contrató a la bella Sofía Loren por un sueldo de 1 millón de dólares, convirtiéndose así en la segunda artista que cobraba dicho estipendio (la primera fue Lyz Taylor por "Cleopatra"). Alec Guinnes daría vida al emperador Marco Aurelio, James Mason a su consejero Timonides. También participaron Omar Shariff, Mel Ferrer y Anthony Quaile. Sin embargo, el papel del venal emperador Cómodo sería interpretado por un actor de teatro casi desconocido en la pantalla: Christopher Plummer. Para la dirección, Bronston volvió a contar con Anthony Mann (por eso muchas secuencias ambientadas en Germania tienen un cierto sabor a western), y para la música con Dimitri Tiomkin, que realizó una interesante banda sonora considerada por muchos como lo mejor que ha aportado este film a la historia del cine.

En el aspecto histórico la acción transcurre entre los años 180 a 192 DC. La elección no es casual y se basa en el trabajo de los historiadores Dion Casio y Edward Gibbon. En esos años se realizó la transición de un Reino de Oro a un Reino de Herrumbre. Como asesor técnico se contrató al prestigioso historiador Will Durant (es el autor de la frase que pone punto final a la película y que se muestra arriba). La historia se inicia con la campaña que el emperador Marco Aurelio está llevando a cabo contra las tribus germánicas del Danubio, las Guerras Marcomanas, pero también está preparando su sucesión por ello convoca a un representante de cada confín del Imperio Romano. Mann consigue transmitirnos la vastedad, el poder y la diversidad de dicho Imperio mediante un desfile de las diferentes unidades romanas frente a Marco Aurelio al poco tiempo de comenzar el film. Éste pretende nombrar como sucesor al capaz Livio, pero una conspiración acaba con él y Livio proclama emperador a Cómodo frente al cadáver de Marco Aurelio.

Paradójicamente se nos muestra a Marco Aurelio como un amante de la paz y a Cómodo como un belicista irredento ávido de provocar guerras a diestro y siniestro. En realidad la época de Marco Aurelio fue una continúa sucesión de guerras encaminadas a asegurar las fronteras del Imperio. Y Marco Aurelio permitió que Cómodo co-gobernase con él en sus últimos años (o sea, que no era tan inteligente como le pintan). La situación cambió en cuanto Cómodo llegó al poder. Firmó tratados de paz con todo el mundo para que le dejaran tranquilo y así dedicarse a su pasatiempo favorito: hacer de gladiador. Al principio parece que todo el mundo estuvo contento con él y sus medidas pacificadoras. Pero poco a poco el poder se le fue subiendo a la cabeza y comenzó a hablar de "una nueva época y un nuevo orden" llegándose a autoproclamar hijo de Júpiter y actuando como un nuevo Rómulo, publicó un edicto cambiando el nombre de la propia Roma por Colonia Lucia Annia Commodiana (ambas situaciones se recogen en la película). Tras su asesinato en el 192 el Senado declaro sobre él la Damnatio Memoriae. Sin embargo, lo peor estaba por llegar.

Además de las luchas entre los germanos y los gladiadores-legionarios al comienzo de la cinta, la escena bélica más espectacular se sitúa en la segunda mitad de la producción. Se trata de la Batalla de los Cuatro Ejércitos en la que se mezcla una guerra civil romana con la lucha frente a los partos y los armenios. La secuencia fue filmada en Manzanares del Real y participaron unos 8.000 soldados del ejército español. También se usaron un total de 1.200 caballos. No tiene ninguna base histórica ya que como se ha indicado antes, el reinado de Cómodo fue bastante pacífico en lo que atuvo a la política exterior (sólo hubo algunas luchas en la Dacia y en Britania). Pero viene a representar la futura rivalidad entre el Imperio de Occidente y el de Oriente. Desgraciadamente la batalla se convierte en la típica melé sin orden ni concierto y no muestra para nada el estilo de lucha de los legionarios romanos de dicha época. En líneas generales la película trata bastante bien diversos aspectos de la historia romana como los intentos de asimilación de los germanos, aunque estos sucedieron casi un par de siglos después; la creciente influencia del cristianismo en los órganos de poder a través del personaje del liberto Timonides (James Manson); los intentos de conspiración para derrocar a Cómodo y por supuesto el carácter degenerado de dicho personaje, interpretación que supuso el reconocimiento de Plummer como un gran actor. Otras escenas con base histórica son la del soliloquio de Marco Aurelio que se basa casi completamente en frases y pensamientos de la obra Meditaciones del propio emperador y también la secuencia final en la que la guardia pretoriana subasta el trono imperial.

Con una duración de tres horas y un coste estimado de 20 millones de dólares la película supuso un sonoro fracaso. Es probable que el hastío del público con el fracaso de "Cleopatra" influyera en la mala recaudación. Pero esta producción también tiene sus propias pegas. Su principal mérito, el respeto a la Historia, se convirtió en su principal desventaja para el gran público. Su tono documental, sus largos diálogos y su oscura fotografía dio como resultado una película aburrida. En cuanto a sus interpretes tuvo la desgracia de que no hubo ninguna química entre Boyd y Loren. A los únicos que merece la pena destacar son Guinnes y Plummer. El resto del reparto lo hace correctamente. Pero paradójicamente fue un remake de esta película la que consiguió resucitar el género de películas de romanos y devolverlo a las pantallas con gran éxito.


Para los interesados en la Historia la película tiene más valores positivos que negativos y es digna del esfuerzo que hay que hacer para verla. Para el resto puede ser bastante plomiza aunque merece la pena dedicarle un tiempo si no se ha visto.


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