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El blog no está muerto pero como podéis comprobar no puedo dedicarle el tiempo que necesita. Si alguien quiere una breve explicación del parón la encontrará aquí. Iré publicando películas y contestando a los comentarios poco a poco. Gracias por vuestra paciencia, atención e interés.

Actualmente hay 269 películas comentadas

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domingo, septiembre 27, 2009

Hitler: el reinado del mal (Hitler: the Rise of Evil)






Hitler: el reinado del mal” es una miniserie de televisión producida por la CBS de 2 horas y media de duración dedicada a uno de los hechos históricos más interesantes, pero menos representados en la pantalla: la juventud de Adolf Hitler y su llegada al poder.

Probablemente no soy el único que siente una mezcla de fascinación, curiosidad y perplejidad cuando estudia el período histórico que culminó en la llegada de Adolf Hitler al poder. El nacional-socialismo no fue la primera, ni por desgracia la última, ideología totalitaria en llegar al poder de una nación. Sus primos-hermanos, el comunismo y el fascismo, lo habían hecho antes; el primero por la fuerza de las armas tras una guerra civil, el segundo tras aprovechar las debilidades del sistema democrático para dar un golpe de estado. Ese último fue el método empleado por Hitler. Tampoco fue muy original en su forma de mantenerse en dicho poder: alienar a la sociedad en torno a un objetivo común anulando las libertades individuales, instaurar un estado policial y practicar una política expansiva hacia el exterior. En lo que fue “original” el nazismo es que llegó al poder con un personajillo como Hitler en una de las sociedades más avanzadas de mediados del siglo XX y que casi consigue llevarla a la edad de piedra en tan sólo 12 años.

Esperaba ver en esta película cómo fue posible que alguien que era un aspirante a pintor, sin estudios superiores, cuyo principal mérito es que había sido héroe de guerra, pudiera llegar a ese puesto y en esa nación. Porque cuando se compara al tío Adolfo con otros dictadores de esa época encuentra sustanciales diferencias. El tío José llegó al poder como resultado de una lucha interna dentro del PCUS, pero ese partido ya estaba mandando en la URSS. El tío Paco era general y había llegado tras ganar una guerra civil. El que más se le parece es el caso del tío Benito, pero éste tenía estudios, era periodista, y tuvo experiencia política antes de que tomara el poder. Adolfo en cambio llega utilizando una estrategia basada en ser un ídolo de masas utilizando los más modernos medios de comunicación de la época, fundamentalmente la radio y el cine. Fue un auténtico líder mediático. En opinión de Charles Chaplin, Hitler era uno de los más grandes actores porque sabía dar al público lo que éste le pedía. Manejaba a las masas como un artista, y no como un político. Viendo las cintas de los mítines y ceremonias nazis uno piensa que hay mucho de verdad en esa aseveración.

Ciertamente la película explica de manera bastante detallada los pasos que van a llevar a Hitler al poder. Veremos su fracaso para entrar en la escuela de arte, su participación en la Primera Guerra Mundial, su introducción en la política, el putsch de Munich, su encarcelamiento, sus relaciones sentimentales, y finalmente la toma del poder. Todo eso esta ahí, es la historia del "Hitler demagogo", de la formación del líder de masas que volvió loca a la llamada kulturnation. Pero la película es defraudante. Cuando termina se tiene la sensación de que se ha visto un documental dramatizado bastante mediocre a pesar del elenco de actores.

Uno de los motivos es que Robert Carlyle no hace un buen Hitler. Si hay una cosa en la que todos los estudiosos del nazismo coinciden es que Adolf era capaz de mesmerizar a las multitudes. Sin embargo cuando uno ve a Carlyle dar su primer mitin en una cervecería lo primero que piensa es que si Hitler hubiera hablado, le habrían echado monedas. El Hitler de Carlyle es demasiado histérico para ser tomado en serio. Esa histeria es la esperable en el Hitler de 1944, no en el de 1920 o el de 1930. Carlyle no es el único actor que no da la talla. El resto del reparto parece competir con él en demostrar que lo pueden hacer peor. Ernst Röhm es interpretado por Peter Stormare, que se parece a dicho personaje tanto como un huevo a una castaña. Algo similar ocurre con el personaje de Ludendorff, que es representado como un estúpido ignorante pelele manejado por Hitler. Otros rostros conocidos son Julianna Margulies (Helene Hanfstaengl), que no consigue desencasillarse de su papel de enfermera en la serie ER, Liev Schreiber (Ernst Hanfstaengl), Matthew Modine (Fritz Gerlich) y Peter O’Toole penosamente maquillado como canciller Hindenburg. Para rematar el desastre, personajes esenciales para entender el nazismo como Goebels, Hess o Goering son reducidos a meros comparsas anecdóticos, !Y Himmler ni siquiera aparece!

El segundo motivo es el maniqueísmo infantil de la cinta. Inicialmente se pensó en realizar una recreación lo más fiel posible a la historia y para ello se contrató al historiador Ian Kershaw como asesor. Pero éste abandonó el proyecto ante la gran cantidad de inexactitudes, cuando no auténticas falsedades, que tenía el guión. Y es que al parecer los productores tenían muy claro que si Hitler fue la encarnación del mal sobre la tierra, debía de serlo desde la niñez. No podía haber realizado actos buenos en ningún momento de su vida. Todo en él debía de haber sido malo o perverso. Así le vemos golpear cruelmente a su perro, cuando está comprobado que era un gran amante de los animales. Por supuesto la Cruz de Hierro de primera clase se la gana porque es un pesado con su coronel de origen judío al que no para de decirle -¡Me la ha prometido! ¡Me la ha prometido!- ¿De verdad hay alguien que se crea eso? La Cruz de Hierro es una condecoración al valor que no se daba a cualquiera (y mucho menos en plena IGM). Hitler fue condecorado dos veces y la Cruz de Hierro de primera clase sólo se daba por actos de gran valor. Hitler realizó dos actos de valentía, nos guste o no.

El resultado es que Hitler es representado como un tipejo despreciable, rencoroso y solitario (que para eso es "el malo" por si no nos ha quedado claro). En la escena de los mítines en la cervecería incluso se le ve escupir, cuando se sabe que era exageradamente pulcro. Por lo que no se puede evitar pensar que si hubiera sido una persona con esa falta de carisma y con la mitad de antipatía que se muestra en esta producción, estoy seguro de que no sólo no le hubieran dejado hablar, es que dudo mucho que le hubieran dejado entrar en cualquier cervecería de Munich. En el resto de la cinta, Carlyle se esfuerza en mostrar lo malo y retorcido que era Hitler. No sentía compasión por nadie, utilizaba a todo el mundo, era abstemio y no fumaba como si fuera un fanático religioso (en realidad bebía, aunque poco). Y sobre todo, gritaba, gritaba y gritaba, tanto en público como en la intimidad. Así que nuevamente te preguntas ¿Cómo un tipo así tuvo tantos seguidores?

Resumiendo. Mejor verse un documental como “Nazis, un aviso de la historia” a esta miniserie.




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viernes, septiembre 18, 2009

El Hundimiento (Der Untergang)



"El Hundimiento" es famosa por dos cosas. La primera, porque de todas las películas dedicadas a los momentos finales del nazismo, es la más fiel a los hechos históricos. El director Oliver Hirschbiegel y el productor Bernd Eichinger se basaron en diversos trabajos para la elaboración del guión, pero sobre todo en el libro homónimo de Joachim Fest y en las memorias de Traudl Junge, una de las secretarias de Hitler. La segunda razón, por la interpretación de Bruno Ganz.


Bruno Ganz realizó un trabajo previo de cuatro meses para meterse en la piel de Hitler. La piedra angular de su interpretación se basó en una grabación de una conversación privada de Hitler con Mannerhein. Era el 4 de junio de 1942 y se celebraba el 75º cumpleaños del finés por lo que Hitler realizó una visita de cortesía. Un técnico de la radio finlandesa llamado Thor Damen, grabó 11 minutos de conversación sin que Hitler se diera cuanta. Según palabras de Ganz, Hitler tenía un característico acento austriaco y una voz suave y atractiva, de un barítono tranquilo. Intenté capturar eso. Sin embargo, otros definen su tono y expresiones como las pertenecientes a alguien de la clase trabajadora y al que le gusta dar monólogos sin esperar ninguna respuesta. Incluso llega a pronunciar incorrectamente el nombre de la capital finlandesa (dice Helsinski en lugar de Helsinki). Lo que más le fascinó a Ganz no era que Hitler fuera apoyado por el pueblo alemán, es que era amado por dicho pueblo. A pesar de sus esfuerzos al final acabó reconociendo que como actor no podía llegar al corazón de Hitler, porque no lo tenía.


Esta no es la primera película alemana que trató el tema del final de Adolf Hitler. Ese honor le corresponde a la película "Der letzle Akt" ("El último acto") dirigida en 1955 por G.W. Pabst ,el director de "Cuatro de infantería". Tan sólo he visto el pequeño corte que hay en Youtube, pero si tenemos en cuenta que fue realizada diez años después de la muerte del dictador y aún así no es famosa, no parece que tenga mucho que ofrecer. Según la crítica, el principal problema es que el Hitler representado era muy poco creíble por el carácter psicopático que le dio el actor Albin Skoda. Adicionalmente, el personaje de Hitler es un secundario, no el personaje central de la trama. Hay una anécdota curiosa sobre esta película. Traudl Junge accedió a ser entrevistada como parte de la labor de documentación previo pago de 1.500 marcos y con la condición de que su persona no apareciera en la película. De hecho, su personaje aparece por primera vez en el cine en la película "Hitler: los últimos diez días".


Volviendo a la película que nos ocupa, lo que la distingue de las demás producciones es que no sólo cuenta lo que sucede en el interior del führerbunker, sino que da una visión mucho más general de lo que debió ser la Batalla de Berlín. Así aparecen personajes cuya relación con Hitler es casi anecdótica, como el doctor Schenk o la del hitlerjugen Peter Granz, pero cuyas historias particulares reflejan las miserias del pueblo alemán en aquellas terribles horas. Los otros dos personajes, además de Hitler, sobre los que gira la película son dos mujeres: Traudl Junge y Magda Goebels. Las entrevistas a una anciana Traudl Junge que se ven al principio y al final son las que sirven al espectador de enlace con aquel período histórico y como una forma de evitar que dicho espectador sienta alguna simpatía por Hitler. Junge confiesa que ella llegó a sentir devoción por Adolf Hitler en su juventud pero que el tiempo le había permitido ver el horror que había significado su gobierno. Magda Goebels representa precisamente lo contrario. Alguien con una capacidad de devoción/autodestrucción tan grande que no duda en inmolar a su descendencia cuando ve que todo se ha perdido. La secuencia en la que asesina a sus hijos es sin duda una de las más turbadoras de la película. El espectador sabe que lo que está viendo ya ha pasado, pero aún así espera que suceda algo que lo evite.


Pero sin duda la película es famosa por la polémica que generó. La interpretación de Ganz fue sobresaliente, equiparable a la de Alec Guinnes, y nos muestra un Hitler que no era el típico loco megalómano chillón de otras producciones. Al igual que el representado por Guinnes, el Hitler de Ganz también muestra un lado humano e íntimo, aunque a diferencia del actor británico, en esta ocasión no hay mezquindad ni maldad encubierta. Se muestra amable con el servicio y atento con sus amigos como los Goebels. Incluso es capaz de perdonar errores sin importancia. Estamos frente a un personaje enfermo y patético, del que probablemente sentiríamos lástima si no supiéramos que es el responsable de tanta destrucción y miseria. Y esto fue precisamente la causa de la polémica. El periódico sensacionalista Bild llegó a preguntarse si ¿Debemos permitir representar al monstruo como un ser humano? temiendo que la película animase a los neo-nazis. El director Wim Wenders incluso llegó a afirmar que se glorificaba a Hitler. Personalmente opino que la polémica tenía algo de artificial. Hitler era un ser humano, y lo que demuestra su historia es lo bajo que pueden llegar algunos miembros de nuestra especie.


De todas formas la película no deja de tener un cierto tono apologético. Además de la declaración de Traud Junge en la línea - Yo no sabía nada, aunque reconozco que eso no es excusa- eso tono también se ve en el tratamiento de algunos de los personajes secundarios como el doctor Schenk. En la película es un médico de las SS que intenta ayudar a los heridos, obviándose cualquier referencia a sus experimentos con prisioneros de guerra. También es bastante curioso el que no se muestre lo que les pasó a las mujeres una vez dejaron el bunker. Traudl Junge por ejemplo fue violada por un grupo de soldados soviéticos y luego fue hecha prisionera e interrogada.

A mí me gusta más la interpretación de Guinnes en "Hitler: los últimos diez días", pero reconozco que en su conjunto, "El Hundimiento" es mejor película.



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sábado, septiembre 12, 2009

El Bunker (The Bunker)





"El Bunker" es una producción de la CBS para la televisión y está basada en la obra homónima del periodista James O'Donnell. Desde el punto de vista cinematográfico lo más interesante de la misma es que el actor Anthony Hopkins es el encargado de dar vida a Adolf Hitler. Sin embargo el nivel de esta producción no es tan bueno como uno esperaría.

Lo mejor que tiene es que en términos históricos es bastante correcta y detallada. La acción transcurre desde que Hitler tomó la decisión de bajar al bunker en enero de 1945 hasta el abandono de sus instalaciones el primero de mayo de ese año. O'Donnell se basó en entrevistas personales para realizar su obra. Y lo interesante es que no sólo entrevistó a las personas más cercanas a Hitler, como sus secretarias o los jerarcas como Speer. También entrevistó a otros miembros del personal del llamado führerbunker. Así conoceremos los puntos de vista del ingeniero Johannes Hentschel encargado de las instalaciones o del suboficial Rochus Misch encargado de las comunicaciones. Eso nos permite conocer algunos detalles interesantes de dichas instalaciones y hacernos una idea de lo que debió significar el vivir allí durante tanto tiempo. Sin embargo, la mayor parte del guión se basó en el punto de vista de Albert Speer, por lo que dicho personaje tiene un protagonismo excesivo (se llega a incluir su supuesto intento de atentado con gas nervioso). También tiene su cuota de licencias artísticas: en un determinado momento vemos un flashback de la cocinera Constanze Manziarly sobre tiempos más felices. Es difícil que esos recuerdos provengan de una entrevista con dicha persona pues Constanze fue vista por última vez con dos soldados rusos que se la llevaban al interior una estación de metro para "comprobar sus papeles".


En cuanto a la recreación del bunker y de la cancillería podemos decir que llega a pasable, pues el cartón-piedra se nota demasiado, aunque no hay que olvidar que es una producción de TV. Pero es en el nivel interpretativo donde la película tiene su lado más débil. El peso de la producción recae en dos actores, el ya mencionado Anthony Hopkins y Richard Jordan en su papel de Albert Speer. Y en mi opinión ambos no lo hacen todo lo bien que uno espera. El Speer de Jordan es demasido blando, parece más un buen chico en uniforme que el arquitecto del III Reich. En cuanto a Hopkins, ganó un Emmy por su actuación y se cuenta que los extras que hacían de guardía personal se cuadraban cuando el entraba en una habitación, aunque no fuera caracterizado de Hitler. Pero a mi su interpretación me parece demasiado forzada. Se nota que Hopkins se pasó varias horas viendo el mismo discurso de Hitler y aprendiendo a imitar sus gestos y gritos (por cierto, en inglés Hopkins es ininteligible, ver el video). Además por si no nos queda claro, al final nos lo ponen otra vez repitiendo ese discurso. Pero imitar no es interpretar, porque siempre tienes la sensación de que no es Hitler, sino que es un actor haciendo de Hitler. El único que en mi opinión se salva es Michael Lonsdale en su papel de Martin Bormann. No hace el típico personaje de aspecto porcino que parece tonto, sino alguien más astuto y peligroso.


En resumen, para los muy aficionados a ese período de la historia.


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domingo, septiembre 06, 2009

Hitler, los diez últimos días (Hitler: the last ten days)



origen de la imagen



Lo mejor de "Hitler, los últimos diez días", y el motivo principal por el que merece la pena verla, es la interpretación que realiza Alec Guinnes de Adolf Hitler. Aunque esta recreación no es la más fiel a la historia como la reciente “El hundimiento”, si está considerada por muchos como la mejor interpretación dramática del funesto personaje.

Esta co-producción italo-británica proclama en sus títulos de crédito que es una reconstrucción fiel de los hechos que acontecieron dentro del führerbunker entre el 20 de abril, cumpleaños del tío Adolfo, y el 30, fecha en la que se suicidó, tal y como fueron recogidos en las memorias del Rittmeister Gerhard Boldt. Curiosamente, el personaje de Boldt se mantiene en la película pero sus actos son realizados por el ficticio capitán Hoffman (Simon Ward). Se nota que se trata de una producción de bajo presupuesto, con actores británicos e italianos de segunda fila en su mayor parte, siendo el más conocido de ellos Adolfo Celi (el malo de “Operación Trueno”) dando vida al general Krebs. Pero hay que reconocer que la reconstrucción del bunker es muy buena, aunque no parezca muy difícil simular unas paredes de hormigón, y la historia está contada de manera eficaz y convincente.

Guinnes estaba muy orgulloso de su interpretación. En esos años su carrera no estaba pasando por un buen momento y el trabajo escaseaba, así que este papel protagonista le vino como llovido del cielo. Históricamente, Hitler pasó sus últimos días completamente deprimido y sedado, con algunos ataques de ira. El Hitler de Guinnes en cambio es mucho más activo y despierto de lo que debería esperarse. Está acorralado, pero sin embargo vemos que aún mantiene esperanzas en la victoria y es capaz de explotar en una serie de rabietas incontrolables cuando la realidad no coincide con sus deseos. Guinnes nos muestra al Hitler que todos esperamos ver. Un tirano que se cree un genio militar dando órdenes sobre los mapas mientras abronca a sus generales, y un genio artístico planeando edificios de la futura capital del Reich de los mil años dispuesto a que se haga verdad el dicho “después de mí, el diluvio”. Guinness fue el primer actor que se arriesgó en mostrar un lado humano e íntimo del dictador, aunque por supuesto ese aspecto incrementa la mezquindad del personaje. Es magistral la escena en la que Guinnes pide que le cuenten como van a morir los demás cuando él se haya suicidado como si estuviera discutiendo sobre las preferencias de una comida o de otra. O la cicateria mostrada al decir que él ya se ha reservado gasolina para su cremación y que los demás deberían darse prisa para hacer lo mismo. O aquella en la que juega con las maquetas de los edificios del Berlin soñado como capital del Reich de los mil años.

Al igual que en la película “Liberación”, volvemos a ver escenas en blanco y negro, mezcladas con escenas en color. Pero esta vez es para realzar el contraste entre lo que sucede fuera del fuhrerbunker con lo que sucede dentro de sus paredes. La “realidad” del fuhrerbunker está rodada en color, para acercar al espectador las fantasías de Hitler sobre una Alemania que aún podía triunfar. Sueños que terminan bruscamente con el blanco y negro de lo que sucede de verdad en el exterior del bunker.

Como ya he dicho, la película reclama una exactitud histórica que mantiene bastante bien en general. Es de destacar la introducción inicial a base de imágenes de documentales y los títulos de crédito con un mapa de Europa y la música de Wagner sonando, para poner en situación al espectador y así llegar al 20 de abril de 1945. Las recreaciones de los acontecimientos más conocidos están bastante bien realizadas. Así veremos el famoso ataque de nervios del día 22 de abril (en la película es el 23) tras echar la bronca a Jodl, Keitel, Bormann, Krebs y Burgdorf. Otros momentos históricos son el intento de tomar el poder por parte de Goering y la llegada del mariscal del aire von Greim y su amante Hanna Reitsch. Y por supuesto el fusilamiento del cuñado de Eva Braun. Aunque en otras situaciones dicha exactitud histórica no se respeta. Por ejemplo, no aparecen ni Himmler, ni Goering, a pesar de que ambos asistieron al cumpleaños de Hitler. Tampoco sale ninguna de las numerosas conversaciones entre Hitler y Albert Speer, porque este personaje tampoco aparece, aunque si se discute la orden de destruir las infraestructuras ya que Hitler opinaba que el pueblo alemán no merecía sobrevivir a su muerte (La Naturaleza es cruel, así que yo también debo ser cruel). Finalmente tiene algunas “chapucillas” que si se hubieran corregido habrían dado un toque de mayor calidad a la película. Una de esas “chapucillas” es que las canciones que se cantan son en inglés y no en alemán. Llama mucho la atención ese detalle en la escena en la que los hijos de Goebels cantan a Hitler el tema “El pequeño Hans”, la canción que se escucha en “La cruz de Hierro”. Ahora, lo peor en mi opinión es el personaje de Eva Braun. La actriz Doris Kunstmann le da un aire tan frívolo y estúpido que es difícilmente creíble. Pero en líneas generales, la recreación de los últimos días es bastante notable.

Hay una escena que me gustó bastante y en la que no interviene Alec Guinnes. Es aquella en que Hanna Reitsch pregunta a una de las secretarias “Esa fraulein Braun, ¿ella y el Fuhrer son...?”. Y tras asentir la secretaria, comenta escandalizada “Si es una burguesa, no parece una nacional-socialista”. Tras enterarse de que además llevan diez años juntos, desilusionada dice: “Y pensar que yo creía que estaba por encima de esas cosas. Sexo.” En tan sólo una secuencia de 30 segundos hemos visto como una persona alienada que apoya a un régimen totalitario y que a deificado a su líder supremo, se da cuenta de que éste es como cualquier otro ser humano al que le van las faldas.

Una nota curiosa. En uno de los diálogos de la película, Hitler dice que Alemania será grande cuando Wagner pueda ser interpretado por un reparto de actores alemanes completamente desnudos. Desconozco si la cita es histórica, pero si observamos las últimas tendencias de la ópera, dichas palabras suenan extrañamente proféticas.

Una película esencial para aquellos que les guste Alec Guinnes y una pequeña joya para los aficionados al cine bélico.


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martes, septiembre 01, 2009

Liberación (Osvobozhdenie, Освобождение)




Supongo que no soy el único que aprovecha el verano para realizar actividades lúdicas que no ha podido hacer durante el año, generalmente por falta de tiempo libre. Una de esas actividades que tenía reservada era ver la película rusa "Liberación" (y realizar posteriormente su largo comentario ;-). Como todas las cosas, tiene sus aspectos positivos y sus aspectos negativos. Y en mi opinión hay más de lo primero que de lo segundo, por lo que creo que ha merecido la pena verla. Además, me parece el post adecuado para el día en el que se cumple el 70 aniversario del comienzo de la IIGM.

Esta mega-hiper-superproducción es una saga de 5 películas realizadas entre 1968 y 1971 con una duración total de siete horas y media. Hay quien la considera como la producción más cara de la historia superando a “Voyna i Mir”, aunque no hay cifras oficiales para confirmarlo. En teoría es una coproducción de varios países, entre ellos Italia, Polonia, y la extinta RDA, pero en la práctica es una obra exclusivamente soviética. Fue un encargo expreso del Comité Central del PCUS, al parecer mosqueados por la repercusión de la película "El día más largo". Se puso como condición que la historia debería comenzar con la Batalla de Kursk, obviándose los dos primeros años de guerra. Yuri Ozerov fue el director encargado de plasmar el proyecto e insistió en que el grado de autenticidad fuera el más elevado posible. No se escatimaron medios y recursos. Como es lógico los rusos eran interpretados por actores rusos, pero es que los personajes alemanes estarían interpretados por alemanes, y los italianos por italianos. Los personajes anglosajones como Churchill y Roosevelt fueron interpretados por rusos, pero hablando en inglés, no en ruso. Se requirió la participación de 3.000 soldados de los antiguos ejércitos del Pacto de Varsovia y se utilizaron más de 150 tanques para las destacables recreaciones de las acciones bélicas.

Liberación” adolece del mismo defecto que otras producciones bélicas soviéticas. Es muy lenta. Pero al mismo tiempo es distinta a éstas. En “La balada de un soldado” o en “La infancia de Ivan” los protagonistas son personajes anónimos con los que el público puede simpatizar o sentirse identificado. En “Liberación” los protagonistas son las grandes figuras históricas como Stalin, Zhukov o Koniev y están representados de una forma tan ideal y heroica que es muy difícil sentir alguna empatía hacia ellos. Hay también héroes anónimos del proletariado pero son personajes totalmente anodinos para el espectador, que realizan su intervención dramática y desaparecen generalmente debido a una muerte heroica. No falta la historia romántica pero es tan sosa que se agradece que sea tan breve en relación a la duración total de la cinta. Otro de los aspectos que menos me gustaron de esta producción es la banda sonora de Yuri Lewitin, una composición a lo Shostakovich pero sin una gota de genialidad, por lo que es cansina y repetitiva.

Uno no puede evitar compararla con producciones occidentales similares, sobre todo con el serial televisivo estadounidense “Vientos de guerra”. En éstas se sigue el canon típico de que los protagonistas principales son personajes anónimos desde el punto de vista histórico pero con los cuales el espectador puede fácilmente identificarse gracias a alguna historia melodramática. Mientras, las grandes figuras como Hitler, Stalin, Churchill o Roosevelt, son personajes secundarios que sirven como atrezzo histórico a dicho melodrama. Adicionalmente, cuando en una producción occidental son los personajes históricos los protagonistas principales, tal es el caso de “Patton” o “Ike”, lo que vemos son sus flaquezas además de sus grandezas para demostrarnos que son humanos. “Liberación” hace precisamente lo contrario. Stalin, Zhukov, e incluso Hitler, no son representados como unos simples humanos, sino como semidioses. El tono es el de un documental dramatizado de propaganda y no el de una saga dramática.

Ese es uno de los principales defectos del film. Es pura propaganda soviética, demasiado descarada incluso para los estándares de los años 70. De nuevo no puedo evitar compararla con producciones occidentales contemporáneas. El nivel de propaganda es incluso mayor al reflejado en “Los boinas verdes”, pero con peores interpretaciones y de forma mucho más chapucera. Es entendible que quiera transmitir la importancia del esfuerzo bélico soviético y que de a entender que si no llega a ser por la URSS no se hubiera ganado la guerra a la Alemania nazi. Sin embargo, las repetidas quejas sobre la falta de participación de los aliados, y de los norteamericanos en particular, con frases como -El último que entra en la pelea es el que más alardea- o llamando a las latas de carne norteamericana “Segundo Frente”, hace que el tema sea cansino. Comentaré otros ejemplos más adelante.

Sin embargo el principal handicap de la película son las interpretaciones. Y esto es bastante paradójico dado los esfuerzos de Ozerov por la autenticidad. Se dio preferencia al hecho de que los actores tuvieran un gran parecido con los personajes históricos y no a sus dotes interpretativas, salvo excepciones. Luego les hizo interpretar a dichos personajes tal y como les vemos en los documentales históricos. Los actores en lugar de “interpretar” se limitan a “imitar” a dichos personajes. Para acentuar el efecto documental, no sólo hablaban en el idioma que correspondía al personaje, sino que todas las secuencias en las que salen Stalin, Hitler, Roosevelt o Churchill están grabadas en blanco y negro. Es al contemplar las actuaciones que corresponden a los héroes proletarios anónimos; como el tanquista Tvstayev, la enfermera Zoya o el artillero Shaska; cuando comprobamos el pésimo nivel de los actores. Hay momentos que tienes que frotarte los ojos para estar seguro de que no has visto una interpretación tan nefasta. Y una cosa bastante llamativa de esta saga. Todos los escasísimos personajes femeninos rusos que aparecen son de dos tipos: o atractiva enfermera, o atractiva secretaria. Ni una sola hace de combatiente, y las hubo. Curioso homenaje a la igualdad de la mujer por parte de la extinta URSS.

La excepción en la cuestión interpretativa es el actor Fritz Diez (o Fritz Dietz) en su papel de Hitler. Diez era un actor comunista que tuvo que exiliarse a Suiza tras la llegada de Hitler al poder. Tras la derrota del nazismo volvió a la extinta RDA donde se hizo líder del sindicato de actores. Cuando Ozerov le ofreció el papel, Diez se negó por su aversión al personaje. El propio Honnecker tuvo que intervenir para convencerle. Probablemente es la interpretación más completa que existe del siniestro personaje. No digo que sea la mejor, ni la más realista, aunque Diez hace un Hitler bastante bueno en mi opinión. Me refiero a que en “Liberación” veremos la evolución del personaje de Adolf Hitler desde antes de la batalla de Kursk hasta su suicidio en el bunker. Y en esa evolución están incluidos hechos tales como la orden de liberar a Mussolini, sus discusiones con el Alto Mando alemán y por supuesto el famoso atentado del 20 de julio de 1944. El principal problema de la actuación de Diez es que está obligado a representar a Hitler como la contrapartida maligna del bondadoso Stalin, que está interpretado en el estilo “santo padrecito de los pueblos”. En el capítulo final, Diez comienza a tener tintes histriónicos que desmerecen su interpretación.

Como ya he indicado, uno de los principales méritos de esta megaproducción es que las interpretaciones de los distintos personajes históricos están realizadas por actores que hablan en la misma lengua que dicho personaje idioma y así aumentar la autenticidad. Un esfuerzo que se ve completamente malogrado por culpa de una peculiar costumbre del cine ruso. En lugar de usar subtítulos cuando Hitler, Roosevelt o Churchill hablan, lo que utilizan es un narrador que realiza una traducción simultánea al ruso. Así que, en el caso de Hitler, oímos simultáneamente el idioma alemán del actor y el idioma ruso del narrador. Algo realmente molesto, sobre todo cuando Diez interpreta alguna de las rabietas de Hitler y le oímos gritar a sus generales mientras que la voz del narrador apenas cambia de tono. Para empeorar las cosas, es el mismo narrador el que traduce a todos los personajes de una escena, incluyendo a los personajes femeninos como Eleanor Roosevelt o Eva Braun.

El principal mérito de la película es la variedad de eventos históricos reflejados y el nivel de detalle de los mismos. No sólo por el hecho de que se recojan aspectos del llamado Frente Oriental que no suelen contemplarse en las producciones de Occidente, o por su tono de documental. Es por el ingente esfuerzo material realizado en aras de conseguir esa sensación de autenticidad que se nota en los aspectos como el armamento o los uniformes. La pena es que estas magníficas recreaciones históricas sean echadas a perder por la manía propagandística de demostrar que los soldados rusos son los angeles encarnados del paraíso socialista. Como es de imaginar no hubo problemas con respecto a la recreación de los uniformes y al equipamiento soviético, pero si con los blindados alemanes. Finalmente se recurrió al “maquillaje” de T-34s para convertirlos en “Tigers” y en “Panthers”, aunque en estos últimos el maquillaje es nefasto. Los tanques y vehículos soviéticos de la época están representados por los T-34/85 (no salen los T-34/76) y los cañones autopropulsados del tipo SU-122, aunque en algunas de las gigantescas batallas de tanques se pueden ver anacronismos como los JS-III o incluso T-55 modernos. La omisión más curiosa es que no sale ni un sólo camión con los “órganos de Stalin” en acción. Donde realmente no estuvieron nada finos, mejor dicho, realizaron auténticas chapuzas, es en el aspecto de la recreación de los aviones. No es que no pudieran recrear a los Me-109 o a los FW-190. Es que tampoco recrearon a los aviones soviéticos como los Yak-3 o los IL-2 Sturmovich. En su lugar utilizaron aviones de entrenamiento Yak-11 para los aviones soviéticos y otro modelo similar para los alemanes. Unos aviones que se parecen a los cazas tanto como un huevo a una castaña.

Como ya he indicado la saga está compuesta por cinco películas. Son estas:




1.- El arco de fuego.

Dedicada por completo a la Batalla de Kursk. La primera escena transcurre en un campo de pruebas alemán, donde Hitler contempla como un tanque “Tiger” es destruido por un pepinazo de un T-34. En el primer minuto ya no nos queda duda del tono de la producción. Hay que mostrar que el material soviético era mejor que el alemán. Claro que enseguida te imaginas lo que hubieran durado los alemanes si los “Tiger” hubieran sido destruidos con tanta facilidad.

Ozerov intentó filmar esta parte en los mismos lugares donde sucedió la batalla pero fue totalmente imposible porque el lugar estaba lleno de proyectiles sin explotar (aún están sacándolos). Así que se decidió filmar en lugares cercanos y en la misma época del año en la que sucedió la batalla. Y es aquí donde se ven a esos 3.000 soldados y esos 150 tanques. Hay numerosas tomas aéreas al estilo de Bordanchuck, para mostrar al espectador el carácter gigantesco de esa lucha de titanes. Desgraciadamente son bastante confusas pues lo único que se ven son explosiones, trincheras, tanques y estepa, todo ello sazonado con la horrorosa y machacona banda sonora. Sin embargo, las recreaciones de los combates de tanques como el de Projorovka son realmente notables, si exceptuamos algunas chapuzas interpretativas (ver sección de videos abajo). Para los aficionados a la historia bélica veremos entre otros a Manstein, Zhukov, Rokossovski, Kluge, Model, ... Y un aspecto curioso, se representa al renegado Vlasov intentando convencer al hijo de Stalin que se pase al bando alemán. También veremos las reuniones de la Stavka con Stalin al mando ejerciendo de sabio-timonel-que-con-impasible-y-tranquilo-ademán-conduce-a-la-URSS-hacia-la-victoria-final. Como curiosidad también salen partisanos yugoslavos, y Winston Churchill preocupado por el resultado de Kursk.





2.- El gran avance

Comienza recordándole al espectador que es gracias a la victoria de Kursk por la que los aliados pueden asaltar Sicilia (fue una acción casi simultánea) y posteriormente desembarcar en la península italiana. Lo mejor de esta parte es que se muestra la caída y detención de Benito Mussolini y luego su posterior liberación por Otto Skorzeny y sus muchachos (en realidad la liberación de Mussolini sucedió de una forma algo diferente pero Otto se llevó el mérito). En el aspecto curioso hacer notar que aquí sale la resistencia polaca y una represalia alemana contra la población civil de Varsovia. El título de esta parte hace referencia a la decisión de la Stavka de atacar las posiciones alemanas a lo largo del Bajo Dniepper mediante una treta que consistió en realizar un falso cruce por un sitio para realizar el ataque principal por otro punto distinto. Las escenas del cruce del río son notables, pero nuevamente las chapuzas interpretativas están ahí para estropear el conjunto. El ataque culminó con la toma de Kiev. Esta parte acaba con la conferencia de Teheran. De nuevo tenemos a Stalin en su papel de sabio timonel en contraste con un Roosevelt que parece que no se toma nada en serio aunque reconoce la importancia cada vez mayor de los soviéticos y un Churchill reflejado como un intrigante anti-comunista. Incluso se llega a insinuar que ambos pretendían evitar que Stalin llegase a derrotar el sólito a Hitler.




3.- El objetivo principal.

Probablemente la única vez que se ha representado en la pantalla la “Operación Bagration” que provocó la aniquilación del llamado Grupo de Ejércitos del Centro de la Wehrmacht. Esta parte de la película comienza recordándonos, ¡otra vez!, que Kursk fue la batalla más importante de la IIGM, para luego continuar con el asunto del espía “Ciceron” y las actas de la conferencia de Teheran. Volvemos a encontrarnos a los aliados intrigando en contra de los rusos, sobre todo el amigo Churchill al que sólo le preocupa que los Balcanes no caigan en manos soviéticas. Pero Roosevelt lo tiene clarísimo, la prioridad es Francia. No se si será una especie de broma, pero se dedica un montón de tiempo a relatar una de las intervenciones de la escuadrilla “Normandía” mientras que del desembarco del mismo nombre sólo vemos unas cuantas imágenes de documental. Probablemente es la parte más chapucera de toda la saga (ver videos abajo).

Lo mejor que tiene esta parte es la discusión en la Stavka de la operación incluyendo la maskirova (dura una media hora en total) y la escena del cruce de los pantanos durante el cruce de la "Operación Bagration". Realmente está muy bien hecha si exceptuamos algunas secuencias duplicadas que han sido tomadas desde diferentes ángulos en un esfuerzo para que no se note mucho que es la misma toma. Otro aspecto a destacar es que veremos el papel de los partisanos en el desarrollo de dicha operación. Pero continúan las chapuzas. Durante la escena del cerco de Bobruysk, veremos a la infantería alemana en su conocido papel de numerosos-malos-estúpidos-que cargan-de-frente-y-caen-como-chinches. Ese cliché ya es patético cuando sale en una película yanqui de los años 50 ó 60 en la que vemos a numerosos infantes de la Wehrmacht cargando a lo loco contra la ametralladora americana que da buena cuenta de ellos. Pero verlo en una película soviética de 1970 es realmente horroroso. No sólo porque cualquier aficionado a la historia sabe que la superioridad numérica estaba en el bando ruso y no al contrario, también porque se llega al absurdo de que en algunas escenas se ve a la infantería alemana avanzar en líneas cerradas en campo abierto al estilo del siglo XIX.

Es en esta parte donde se encuentran uno de los ejemplos más descarados de tergiversación propagandística al estilo soviético. Se trata de la cuestión polaca. No es de extrañar que veamos a los polacos ayudar gustosamente a los soviéticos a “liberar” Polonia. Pero clama al cielo que no salga absolutamente nada de la sublevación de Varsovia y tampoco ninguna referencia a la invasión soviética de 1939, cuando el tío José y el tío Adolfo eran amiguitos y se repartieron el país. Las escenas en las que los generales rusos hablan con los militares polacos integrados en el Ejército Rojo de la liberación de Polonia en las lindes del río Bug suenan a recochineo (el Bug era la frontera donde los rusos se pararon en 1939 en aplicación del pacto nazi-sovético).

También veremos una reconstrucción bastante buena de la famosa “Operación Valkiria”. Desde su planteamiento inicial, su ejecución y finalmente su represión. Lo más alucinante es que veamos una secuencia en la que Churchill se felicita de que el atentado haya fallado porque de lo contrario eso impediría la victoria total sobre los alemanes.






4.- La Batalla de Berlín

Aunque se titule así, en realidad trata de la aproximación a Berlín y de los eventos históricos que sucedieron antes de su conquista. El principal de ellos es la Conferencia de Yalta, donde definitivamente el intrigante de Churchill es derrotado por el bendito padrecito de los pueblos. Tampoco los americanos quedan impunes de ser unos conspiradores anti-comunistas. Se nos muestra un encuentro entre Allan Dulles y el general de las SS Karl Wolff en Suiza con el supuesto objetivo de conseguir que los alemanes firmen la paz con los anglosajones y así continuar la lucha contra los soviéticos. Se trataba de la llamada "Operación Crossword" en la que los aliados negociaron la rendición de los alemanes en Italia. Los soviéticos quisieron meter el cucharón pero los americanos no les dejaron. Lo cierto es que parece que los rusos también amagaron con firmar una paz por separado con los alemanes en el año 43, pero claro, eso no sale.

No es el único ejemplo de tergiversación histórica. En la batalla del cruce del Oder se nos muestra que la idea de Zhukov de atacar bajo la iluminación de unos gigantescos proyectores que deslumbrarían a los alemanes fue todo un éxito. En realidad no sólo fue un auténtico fracaso, sino que además permitió a los alemanes apuntar mejor a las siluetas de los carros soviéticos, con lo que las bajas rusas fueron enormes. La batalla fue ganada simplemente por la aplastante superioridad soviética en hombres y material.

Lo más curioso de esta parte es que salen por fin prisioneros de los campos de concentración alemanes pero de una forma bastante “light”. En la escena, un tanquista ruso y un soldado polaco están en una estación buscando un vagón con combustible para los tanques y encuentran un tren lleno de prisioneros con el típico uniforme a rayas. Uno de ellos es alemán y proclama su compromiso con la lucha antifascista. Así que todos los prisioneros se ponen a ayudar para empujar el vagón hacia los tanques. Y ya está. No sale ni un sólo campo de exterminio, ni una cámara de gas, ni un horno crematorio, ni una pila de cadáveres, nada de nada.






5.- El asalto final

Creo que hay una explicación a que no salga nada de nada de los crímenes de guerra nazi y se encuentra en la última parte de la saga; la dedicada a la Batalla de Berlín. La razón se comprende cuando salen escenas en las que los soldados rusos confraternizan con la población civil alemana. No sólo no saquean, ni destruyen las propiedades, ni violan a las mujeres. Es que encima confraternizan con los civiles, comparten comida y llegan a protegerlos si estos se encuentran en medio del combate. Y los civiles alemanes muestran su alegría por ser tan bien tratados.

Y es que aquí tenemos la otra gran manipulación propagandística de esta producción. En una claro quid pro quo, los rusos no dicen nada de las atrocidades nazis hacia judíos, eslavos y otros seres humanos, pero a cambio no se recogen las atrocidades rusas hacia la población alemana. Hay que recordar que la extinta RDA era aliada de la URSS, así que supongo que era cuestión de llevarse bien con ellos. Incluso se llega a mostrar una escena surrealista en la que un pastor protestante y un comunista alemán (el prisionero liberado en la anterior parte) mandan conjuntamente un mensaje por radio para que las tropas alemanas que defienden Berlín se rindan.

Las escenas de la batalla por Berlín, así como las escenas que representan los últimos días de Adolf Hitler en el führerbunker, son bastante buenas en general. Es de destacar la lucha por la toma del Reichstag. Gran parte de las imágenes fueron filmadas en el Berlín Oriental y se aprovechó un barrio que iba a ser demolido para realizarlas. Sin embargo, todo ese esfuerzo se ve malogrado nuevamente por algunas secuencias realmente chapuceras (ver sección videos). Hay una especialmente surrealista en la que un capitán soviético de comunicaciones es invitado al mismísimo führerbunker para establecer una línea telefónica para poder discutir los términos de la rendición. Pero sin duda el colmo de la inventiva es la escena en la que Adolf Hilter asesina a Eva Braun antes de que luego le tengan que matar porque es tan cobarde que no puede ni suicidarse. Y ahí no acaba la cosa. A los Goebels les dispara por la espalda un soldado alemán. Evidentemente cuando muere Hitler y se rinde Berlín se considera que la guerra ya ha acabado (las acciones de la Guerra del Pacífico brillan por su ausencia). La película termina recordándonos todo el daño que ha hecho el fascismo por la enumeración de las muertes producidas por la guerra en los distintos países. Logicamente es la URSS la última en aparecer ya que tuvo la desgracia de tener el número más elevado. Y un detalle curioso, en esta última parte no sale Stalin en ningún momento.

Resumiendo, es una película recomendable si te gusta el cine de la IIGM, sobre todo por mostrar el Frente Oriental, y por el realismo de sus recreaciones históricas. Es bastante curiosa en el aspecto de cine propagandístico, y resulta bastante divertida si uno la ve con el ánimo de cazar gazapos interpretativos. Pero si a uno no le gustan esos temas, mejor pasar de ella por ser demasiado lenta y pesada.


Links relacionados




Videos relacionados:

La película está en youtube, pero en ruso (en la mula pueden conseguirse los subtítulos). A continuación tenéis los links de cada una. El título del fragmento y el comentario hace referencia a aquello que me llamó la atención de dicho fragmento.

El arco de fuego




El gran avance



El objetivo principal

La batalla de Berlín



El asalto final